Kama Sutra, Medio Evo, y una despedida...


El valle del Ganges se nos presentaba como una sucesión bucólica de pequeños poblados y, francamente, queríamos conocerlos todos. Pero consideramos que, en lugar de seguir alejándonos hacia el este debíamos, de a poco, ir acercándonos hacia Nueva Delhi, lugar desde el cual, Naty y María regresarían a Argentina. La opción fue Kajuraho, un lugar mundialmente famoso por sus hermosos templos dedicados (según dicen), al Kama Sutra.

De por sí la sorpresa fue inmensa apenas llegar a este lugar, cuando nos encontramos con gran cantidad de hindúes que hablaban, fluidamente, el castellano. Impensado, fue en ese momento casi una alegría poder compartir en un lugar tan distante, nuestra lengua. Pero a poco de arribar esto se fue convirtiendo en una pesadilla, ya que amparados por el idioma, los lugareños redoblaban sus esfuerzos a la hora de vendernos cuanta baratija tuviesen almacenada, impidiéndonos de esta manera poder siquiera caminar tranquilos por la calle, sin ser abordados o incluso, fastidiados con chistes y frases de menosprecio. La gran afluencia de público español durante cierto período del año, fue la explicación del porqué de que gran cantidad de gente hablara el castellano.
Pasada la sorpresa, nos dedicamos a recorrer este pequeño poblado que se encuentra ubicado en el medio de una zona totalmente árida y llana, con escasa presencia de árboles y mucho menos aún, de otro atractivo turístico fuera de los templos, aunque bien vale la pena una caminata por los diferentes sectores que componen el pueblo, donde uno puede observar cómo, el pertenecer a una determinada “casta” incide directamente con la forma y la calidad de vida de sus habitantes, quedando separados del trazado urbano los sectores correspondientes a la gente de las castas inferiores, en donde se vive en condiciones de extrema pobreza, y conceptos básicos como higiene y educación carecen de toda fundamentación, pero menos aún, de cualquier puesta en práctica.
Distribuidos en diferentes sectores urbanos, los templos más interesantes se encuentran ubicados en lo que se denomina "sector oeste"; un parque muy bello, apacible e idílico, de un color verde intenso que contrasta con la aridez del entorno. Son 9 los edificios a visitar, en los cuales pudimos apreciar el fino trabajo de escultura que se ha desarrollado, manifestado por estas imágenes eróticas que (siendo tal su importancia) convierten al lugar en un yacimiento arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es un conjunto que sorprende por su coherencia y su pureza, por su refinamiento, pero sobre todo, por la suavidad de sus representaciones. Pero a diferencia de lo que se cree, solo un mínimo porcentaje de ellas están relacionadas con el sexo.
Durante una mañana entera nos dedicamos a recorrer, entre otros, el Varaha Temple, el Templo de Lakshman y el Templo de Shiva (Matangeshwar Temple), todos ricamente ornamentados, y con escenas que harían sonrojar a los mas puritanos.
Pero India nos iba a sorprender incluso aquí. Y tal fue la cosa que nos encontró la fama. Es decir, nos la encontramos "caminando por la calle". Si había algo que jamás pensamos podía suceder, y menos aquí, era hallarnos cara a cara con dos personalidades famosas de la Argentina: Susana Giménez y Marley. Pero paso!! Increíble. Y como no somos para nada engreídos (ni cholulos tampoco), accedimos con gusto cuando ellos nos pidieron sacarse unas fotos con nosotros. Que le íbamos a hacer, ser famoso tiene su precio!!!
El pueblo podría haber sido encantador, y nos hubiese gustado quedarnos algunos días, si no hubiese sido por el acoso permanente y ya molesto de los vendedores, que no nos permitían caminar libremente por las calles. Una verdadera lástima. Dado esto, decidimos partir. Próximo destino? Orchha, a 7 horas en bus desde Kajuraho.
"El Alma de la India". Este es uno de los calificativos para este minúsculo pero encantador pueblo medieval que fuera alguna vez, capital de un antiguo imperio rajputa. Situado a orillas del rio Yamuna (otro de los siete ríos sagrados), presenta un entorno de vegetación ideal para encontrar la serenidad, en donde todavía es posible pasear libremente, fuera del tiempo, rodeados de historia, y ajenos a cualquier bullicio de vendedores impertinentes y molestos.
Solo fueron dos días, pero nos bastaron para recorrer algunas de las maravillas arquitectónicas de este lugar, como los palacios medievales Raja Mahal y Jahangir Mahal, que se encuentran ubicados sobre una isla, rodeada por las aguas del Yamuna; cenotafios, templos, y algunas callejuelas en las que la vida transcurre de manera serena, totalmente ajena al ajetreo de los grandes centros turísticos. Un verdadero oasis en medio de este océano de gente y vehículos que atesta las calles indias, permanentemente.
Pero no había manera de mantener este "relajo" por mucho tiempo. Debíamos partir, y en este caso hacia una de los lugares más polucionados y desbordados de ruido y problemas: nuevamente, Nueva Delhi nos esperaba. Habían ya transcurrido unos 40 días de viaje, y María y Natalia debían volver a la Argentina, por lo que previendo cualquier posible inconveniente, llegamos con algunos días de antelación a la fecha de vuelo. Estos, los utilizamos para poder realizar las "últimas compras", aprovechando los diferentes bazares que presenta la ciudad.
Momentos de alegría, de tristeza; momentos de dura convivencia y de experiencias grandiosas compartidas en conjunto; momentos de soledad y algunos otros de compañía permanente. Todo esto llegaba a su fin, y un poco de melancolía nos invadía; pero con la alegría de algunos de saber que la Gente querida los esperaba en destino, para compartir con ellos todas las experiencias vividas, y con la alegría de otros, sabiendo que todavía había muchos caminos delante por recorrer. Gracias Chicas por haber formado parte de esta maravillosa experiencia!!!