Bienvenidos a la Tierra del Revés...

Las emociones nos asaltaban: Impaciencia, inquietud, dudas, anhelo, incredulidad, alegría y mucha ansiedad. Íbamos de camino al lugar que había motivado nuestro viaje, y un atardecer cuasi perfecto irradiaba sus tenues luces doradas sobre un colchón de nubes albicelestes que, casi rebotando sobre éste, producían un efecto lumínico de ensueño que conseguía colarse por la ventana del avión. Así de maravillosa fue nuestra llegada a India, aunque las cosas comenzaron a cambiar ya con el aterrizaje mismo, de manera violenta, ruidosa y con la sensación de que nos íbamos fuera de pista.




Sin que nada pasara, finalmente pisamos tierra india (Nueva Delhi), y aunque ya veníamos mentalizados acerca de qué podíamos encontrar, el impacto de la primera impresión nos dio de lleno en la cara. Dos horas de espera junto a otras cientos de personas, solo para hacer el trámite migratorio, fue la manera de poner a prueba, por primera vez, nuestra paciencia. Y 2 dólares casi extirpados de mi bolsillo solo para indicarnos donde para el colectivo, nos dieron la primera demostración de como se manejan las cosas por aquí.
Lo siguiente fue tomar un taxi prepago, que nos cobro bastante caro, nos paro a mitad de camino para tratar de vendernos el hotel y, finalmente, nos dejo donde quiso.  Pero… que hacer a las 2 de la madrugada, cargados de equipaje, y en un lugar que no conocemos y se muestra hostil?  Nos alojamos donde nos “recomendó” el taxista, que no solo fue un lugar horrible y sucio, sino que además,  nos estafaron con la tarifa. Casi no dormimos esa noche, y  al día siguiente, mientras Naty y Mari cuidaban el equipaje, nos fuimos con Caro al centro a buscar otro hotel. Y dos nuevas luchas con los conductores de moto-rickshaws, que quieren llevarte donde les conviene, y nunca donde les pedís... Pero logramos nuestro objetivo, y junto con las chicas, nos trasladamos a Main Bazaar, una de las zonas más tradicionales de la ciudad, donde conseguimos un lindo hotel, con una hermosa terraza y un muy buen restaurante. La primera impresión de India fue terrible; la segunda, no mucho mejor; pero ya habiéndole agarrado la mano un poco, lo desastroso da lugar a lo pintoresco.
La ciudad me resultó increíble, aunque no tenga nada de “bonito”. Un infierno de gente y vehículos, que se funden en la calle con vacas, rickshaws, moto-rickshaws, bicis, vendedores de todo tipo; colores, comidas, olores de lo más variado; en donde los carros tirados por bueyes conviven con los trenes de ultima generación del metro; donde los pobres y mendigos (que abundan, por montones) se entremezclan con mujeres vestidas con los típicos saris de seda, muy coloridos, y con caballeros con turbantes...
En fin, un gran crisol que, por sobre todas las cosas, pone a prueba la paciencia y la resistencia de cada uno de nuestros sentidos...




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Richard! Recien hoy me tome el tiempo para leer todo!! Increible!! Ademas redactas muy bien con lo cuál lo hace mas interesante. Vi el programa de Marley.. jaja y ahi también contaron un poco de este lugar..Ya te dije q tu elcción de este viaje fue lo mas inteligente. Te felicito!!
Seguí conociendo y disfrutando mucho.
Un beso grande,
Lau

Nati dijo...

Holaaa!!! richard!! como va??? actualiza la página, que en tu última entrega todavía estaba yo... y de eso hace muchooo.. x donde andas??? alguna info tengo. pero ...Te cuento q estaba escuchando recién a Cacho Castaña y me acorde de vos.. jaja con Mirta q no es Su pero bue..
En fin.. espero q estes muyyy bien.. Te mando bsos y cuidate muchoo..
Nati

ahhhhh te cuento q cdo llegue mi sobrina decía tía y Nati.. (x fin)
y q ya a esta altura me comí vs asadoss y picadass.. Ahora quiero panners..!!